Description
Considerada como una de las acciones más emocionantes de la Historia de América, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna se fraguó durante el reinado de Carlos IV como necesidad frente a las continuas epidemias que asolaban repetidamente a América, en un momento de caos en toda Europa, tras la Revolución Francesa.
Llaman la atención los dos adjetivos con los que se definió esta expedición médica: «Real» por ser organizada y financiada directamente por la Corona, y «Filantrópica» porque estuvo motivada por la búsqueda del beneficio para la población de la totalidad del Estado. Así, el verdadero sentido de la Expedición no radica en lo que tiene de proeza hispánica, sino en su representación arquetípica del espíritu del siglo XVIII.
Tuvo como motores a dos hombres de su tiempo, Balmis y Salvany, quienes, junto a un reducido grupo de ayudantes, practicantes y enfermeros, y gran número de niños, expandieron la apreciada vacuna por casi todo el mundo.
Una hazaña científica superó adversidades como la escasa y mala comida, la dificultad de caminos intransitables, la lluvia y la nieve de los Andes y la oposición de autoridades, de médicos locales y de la población en general a recibir la ayuda sanitaria que gratuitamente se ofrecía.
Quizá esta Expedición fue el primer peldaño de una larga andadura para erradicar una de las enfermedades endémicas más importantes y que tradicionalmente producía grandes epidemias, y continuaba produciéndolas a principios del siglo XIX.