Description
Las historias que su padre relataba ante familiares y amigos, las circunstancias personales de su familia, el mundo que le rodeaba, le hicieron consciente de lo que significaba pertenecer a una familia del “bando perdedor”: una vida de escasez, hambre, falta de oportunidades e injusticia.
Transcurridos cinco años, llegaría la desgraciada muerte de su padre de la mano de un compañero que habitualmente portaba una pistola en su cintura. Esta circunstancia les obligó a trasladarse a Aranjuez, en junio de 1958. La vida en una pequeña buhardilla y la necesidad de alimentar y educar a sus hijos hizo que Ricarda tuviera que trabajar largas jornadas.